Las Guerras del Opio, sucedidas en el siglo XIX entre China y Gran BretaƱa, constituyen un episodio trascendental en la historia que entrelaza el comercio, la diplomacia y las consecuencias perjudiciales de las drogas. Este conflicto, que abarcĆ³ dos enfrentamientos principales en las dĆ©cadas de 1830 y 1850. se originĆ³ en torno al comercio del opio, convirtiĆ©ndose en un foco de tensiones entre las polĆ­ticas imperialistas occidentales y la resistencia de una China que buscaba preservar su soberanĆ­a. 

El comercio del opio entre Gran BretaƱa y China experimentĆ³ un aumento significativo a principios del siglo XIX, llevando a la importaciĆ³n masiva de opio britĆ”nico en territorio chino. Aunque esta droga se cultivaba en la India britĆ”nica y generaba beneficios sustanciales para los comerciantes britĆ”nicos, sus consecuencias desastrosas en la salud y productividad de la poblaciĆ³n china generaron resistencia por parte de la dinastĆ­a Qing.

Chinos consumiendo opio

China, desde finales del siglo XVIII, era considerada como una naciĆ³n poderosa y avanzada como los estados mĆ”s punteros de Europa. China tenĆ­a fuertes relaciones comerciales, ya que a pesar de practicaba una polĆ­tica que la aislaba de influencias externas, no estaba dispuesto a renunciar a la plata que los europeos dejaban en sus arcas.  A travĆ©s del puerto de CantĆ³n, China exportaba tĆ©, algodĆ³n, seda y porcelana.

En la dĆ©cada de 1830, los britĆ”nicos consideraban que debĆ­an hacer frente a sus pĆ©rdidas de plata y propusieron a las autoridades chinas el intercambio de opio por sus importaciones de sus productos, los cuales debido a sus elevados precios, no eran demandados entre la poblaciĆ³n china. El emperador chino, Quianlong  se negĆ³, y Gran BretaƱa incurriĆ³ en el contrabando del opio, recuperando  gran parte de sus ganancias perdidas anteriormente.

En torno a 1838, debido a la situaciĆ³n de la poblaciĆ³n de China, que el emperador enviĆ³ una carta a la reina Victoria pidiĆ©ndole que finalizara el contrabando de ese producto. Sin embargo, nunca recibiĆ³ una respuesta y el comercio del opio continuĆ³ por permiso de grandes funcionarios corruptos chinos.

En 1839, el gobierno chino incautĆ³ un cargamento de opio a bordo de un barco que comercializaba a travĆ©s del puerto de CantĆ³n. Cuando la noticia llegĆ³ a los oĆ­dos britĆ”nicos, les declararon la guerra a los chinos en junio de 1840, dando comienzo a la I Guerra del Opio, donde la superioridad militar y tecnolĆ³gica britĆ”nica prevaleciĆ³,  resultando en la firma del Tratado de Nankin en 1842.

A pesar de la resistencia china, los britĆ”nicos eran superiores. 

Este tratado, que puso fin a la I Guerra del Opio, no solo legitimĆ³ el comercio del opio sino que tambiĆ©n impuso condiciones desfavorables para China, incluida la cesiĆ³n de Hong Kong a los britĆ”nicos. La humillaciĆ³n de China ante las potencias occidentales marcĆ³ un punto de inflexiĆ³n, y las tensiones persistieron, dando lugar a la II Guerra del Opio (1856-1860). En esta ocasiĆ³n, la participaciĆ³n francesa junto a la britĆ”nica resultĆ³ en la caĆ­da del Palacio de Verano en PekĆ­n en 1860, consolidando la derrota de china. 

Tratado de NankĆ­n

El legado de las Guerras del Opio es complejo y ambiguo, evidenciando tanto la expansiĆ³n imperialista como la lucha de China por preservar su identidad y soberanĆ­a. La avaricia econĆ³mica de Gran BretaƱa y su determinaciĆ³n por mantener el comercio del opio revelan la voracidad de los intereses econĆ³micos en juego. Por otro lado, la resistencia china, aunque militarmente infructuosa, simboliza la defensa de la autonomĆ­a y la identidad cultural.

AdemĆ”s de las implicaciones polĆ­ticas, las Guerras del Opio tuvieron un impacto significativo en la sociedad china. La masiva introducciĆ³n de opio contribuyĆ³ a una epidemia de adicciĆ³n que afecto a millones de personas, dejando cicatrices duraderas en la memoria colectiva china y alimentando el resentimiento hacia el  mundo exterior.


BIBLIOGRAFƍA: