En esta entrada vamos a comentar la difícil situación a la que tuvo que hacer frente Alemania durante el periodo de entreguerras debido a la hiperinflación que se produjo entre 1921 y 1923, que fue consecuencia del patrón oro.

Desde la Primera Guerra Mundial el Goldmark, la moneda del Imperio alemán había sufrido una grave pérdida de valor real y de poder adquisitivo ya que el gobierno germano emitió papel moneda para hacer frente a sus necesidades derivadas de la guerra, llamando Papiermark a estas nuevas emisiones. Debido a las urgencias nacidas del conflicto, el Papiermark carecía de respaldo en oro y no era convertible en este metal, lo cual era una situación inusual para la época, donde el esquema del patrón oro requería que todas las emisiones de papel moneda de un país estuvieran respaldadas en oro para garantizar su valor. 

Tras terminar la I Guerra Mundial en 1918, las potencias vencedoras como Francia y Gran Bretaña impusieron a Alemania el pago de unas indemnizaciones por los daños causados en la guerra, sufridos mayoritariamente en el norte de Francia, atribuyendo toda la responsabilidad por ello sobre Alemania, fijando esta condición en el Tratado de Versalles de 1919.

En este contexto, Alemania se transformó en un país empobrecido, con una creciente población de refugiados, escasez de viviendas y hambruna. Estas condiciones propiciaron la propagación del comunismo desde el este. A finales de 1922, los retrasos en los pagos llevaron a que Poincaré, el Primer Ministro francés, ordenara la entrada de tropas francesas y belgas en el Ruhr el 11 de enero de 1923, buscando forzar el pago. Este acto generó manifestaciones de protesta en toda Alemania.

La resistencia alemana provocó un aumento de la violencia y el odio, convirtiendo 1923 en un año de desastre para Alemania. La inflación alcanzó su punto máximo, llevando a la sustitución de billeteras por maletines entre la población. Frente a la crisis, el gobierno respondió imprimiendo más billetes, pero esto exacerbó la pérdida de valor, dificultando aún más el pago de salarios y la adquisición de alimentos.

Ya el 28 de julio los periódicos anunciaba que al cambio, un dólar estadounidense equivalía a un millón de marcos.

La situación cambió con la designación de Gustav Stresemann como canciller, quien comprendió la necesidad de suspender la resistencia en el Ruhr y asegurar la continuidad de la producción para restablecer la normalidad económica. El gobierno anunció la reanudación de los pagos, aunque esto generó descontento entre los nacionalistas, quienes vieron la medida como una humillación.

El intento de un nuevo gobierno liderado por Hitler no tuvo éxito, pero la inflación fue controlada. Se introdujo una nueva moneda, el Rentenmark, mientras un comité discutió el pago escalonado de la deuda alemana sin afectar gravemente al país. Estas medidas comenzaron a surtir efecto, y la industria alemana vislumbró cierta recuperación.


La bancarrota resultante de la hiperinflación tuvo consecuencias significativas para Alemania. La llegada del nazismo, encabezado por Adolf Hitler, fue una de las principales ramificaciones. Además, la clase media alemana sufrió devaluaciones y pérdidas de riqueza, generando resentimiento hacia banqueros y judíos, percibidos como especuladores inmobiliarios y de metales preciosos.

El orden económico colapsó, erosionando la confianza en instituciones financieras y despojando a la sociedad de la fiabilidad de préstamos, ahorros y créditos. La hiperinflación alemana dejó cicatrices profundas, sentando las bases para una nueva era marcada por el nazismo y la desconfianza generalizada en el sistema financiero.

La hiperinflación alemana fue un capítulo oscuro pero revelador en la historia económica mundial. La combinación de factores internos y externos llevó a una nación a la ruina económica y social. Este episodio nos ofrece lecciones valiosas sobre los peligros de la imprudencia financiera, la importancia de la estabilidad monetaria y la fragilidad de las instituciones en tiempos de crisis. La República de Weimar y su trágica experiencia con la hiperinflación sirven como un recordatorio perenne de los riesgos inherentes a la mala gestión económica y las consecuencias potencialmente catastróficas que pueden seguir.



BIBLIOFRAFÍA:

https://www.eldebate.com/historia/20230830/asi-hiperinflacion-hundio-economia-alemana_136368.html

https://www.elliberal.com/la-hiperinflacion-alemana-de-1923/

https://alemaniando.com/la-hiperinflacion-alemana/

https://es.wikipedia.org/wiki/Hiperinflaci%C3%B3n_en_la_Rep%C3%BAblica_de_Weimar

Libro: "Los señores de las finanzas" de Liaquat Ahamed.